Una parábola de transformación
En el evangelio de las artes -algo tan hipotético como cierto- podría hallarse una escena como la que tuvo lugar este miércoles en Gala arte y vinos.
En el marco de la muestra Signum, que reúne obras de un grupo de artistas de Casa Taller y que se exhibe en esta sala hasta el 15 de mayo, su curadora y profesora, la artista plástica Ana Zitti ofreció una charla abierta que fue mucho más.
En principio, como una sutil pescadora que tiende sus redes y anzuelos, dispone sobre la pequeña mesa de piedra del centro del local un conjunto de flores, hojas, trocitos de madera, un racimo de uvas y un abanico. Quien quiera puede ver allí un gesto de ofrenda ritual sobre la clásica piedra de un altar.
Luego, la oficiante pronuncia su sermón cargado de pasiones y conjuros apenas disimulados “contra la anestesia del sistema y el ego que nos opaca, vivir en arte” “el arte es trabajo de cada uno pero pertenece a todas las personas”, mientras comparte algunas de las muchas experiencias producidas y recogidas desde la fundación de su Casa Taller en la ciudad de Neuquén, en 1996, por donde pasaron innumerables artistas, buscadores y espíritus inquietos, a los que supo alentar en el camino de todas las expresiones artísticas.
Consecuente con su eje inspirador vida-arte-amor-alquimia, Ana Zitti toma el otoño que nos carga de su gloriosa hojarasca y alza su aleluya: “¡estamos llenos de riquezas!”. Los pocos elegidos de los muchos llamados pintan entretanto sus corazones de malbec y de cacao*.
Para concluir su invocación, circula el racimo de uvas y abre su abanico y rueda un viento que se lleva puestos los prejuicios y los presuntos saberes. Y al abrirse el abanico todas las voces despliegan sus colores.
Luego circula la flor, circula el fuego, nadie se adueña de nada y todos se apropian de ese todo de oro que allí y entonces se materializa sobre la noble piedra altar. Sin éxtasis ni estruendo, un prodigio de transformación alumbra el ámbito de Gala. La alquimista lo ha hecho, otra vez.
* Estos son los aportes de los auspiciantes: aReo se llama el Reserva 2015 del Grupo Cabron Wines, y Mamusia es el chocolate, el primero y el mejor de San Martín de los Andes.
Marcelo Bardelli
Escritor – Director de Gala arte y vinos