Estación espacial en Neuquén

Las obras de la estación espacial que conectará a la Luna con China están a punto de finalizar.
A punto de culminar, las obras de la estación espacial china demandaron una inversión de 50 millones de dólares.

Por Sofía Sandoval – FUENTE:  Diario La Mañana 

En Quintuco no hay nada. Ni una sola nube cubre el cielo diáfano y no hay ni un solo pájaro que se recorte en su azul inmensidad. Tampoco hay animales merodeando por los arbustos espinosos y ni una gota de agua que calme a la tierra sedienta. Hay, sin embargo, una antena parabólica de 50 metros de alto que está casi lista para funcionar y conectar a los chinos con la Luna a través de una escala en Neuquén.

Las obras de la estación espacial china, que comenzaron en 2013 y requirieron del trabajo de más de 500 personas, ya están en su punto final. Además del inmenso plato blanco, que fue traído por partes a través del océano y pesa 450 toneladas, hay también una antena pequeña de comunicación con China, una sala de equipos y un salón de energía que se ocupa de abastecer de electricidad al complejo.

En la entrada de la estación, una garita policial custodia el ingreso y da paso a un camino de asfalto que desentona en un mar de arena seca. La primera construcción, color terracota, se asemeja a un hotel americano, con una torre vigía de techo verde.

En ese edificio hay oficinas y viviendas para los científicos, un comedor y hasta un gimnasio. Las paredes blanquísimas, los pisos de porcelanato nuevo y las aberturas metálicas contrastan con el desierto circundante, en una depresión de las montañas que, según afirman desde el lugar, es una olla ideal para este tipo de actividades.

Domingo Zhao oficia de traductor de un grupo de chinos que ya se retiran, después de haber dado el punto final a una obra que requirió una inversión de 50 millones de dólares. A la vista, dejaron poco de ellos en las instalaciones: apenas unas lámparas de papel y unos móviles de hilo rojo que sirvieron de decoración para el Año Nuevo Chino, celebrado el pasado 27 de enero. Pero sí dejaron años de trabajo para levantar un complejo que será chino hasta 2062, año en que está previsto su pase a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).

En una sala de exhibiciones que pronto abrirá al público, Wang Ke, el responsable general de la estación ubicada en este paraje a 355 kilómetros al noroeste de la ciudad de Neuquén, muestra los vehículos de exploración lunar.

“El proyecto tiene tres pasos: mandar la cosmonave a órbita, alunizar y regresar a China”, explica, y usa su país como una sinécdoque del planeta Tierra. “Ahora estamos en el paso dos”, asegura.

La antena en tierras neuquinas es fundamental para desarrollar el tercer paso, ya que permitirá recibir datos desde las cosmonaves para guiar su regreso. Por eso, el gobierno chino ha instalado siete de estas antenas en el extranjero, en países como Namibia, Australia, Chile o Pakistán. Ninguna es tan grande como la argentina.

Rodolfo Laffite, secretario de Gestión Pública de la provincia, asegura que gracias a estas antenas, los chinos pueden tener casi 24 horas de comunicación con el espacio profundo. Tras viajar 380 mil kilómetros desde la Luna, la información llega como un débil susurro que necesita del silencio de Quintuco para hacerse oír.

Wang Ke refuerza la cautela y repite varias veces que el objetivo de la estación es hacer una exploración pacífica del espacio profundo. Asegura también que toda actividad será informada al gobierno local a través de la Embajada. Laffite, por su parte, insiste en que “las dudas ya fueron allanadas”, en referencia a los temores que había generado la instalación de los chinos y su posible uso para fines militares. El piso del gimnasio y unas capas de pintura separan a la obra de su día de inauguración. Sergio Zingman es el gerente de ESUCO, la subcontratista que realizó los trabajos, y aclara que quedan apenas 40 obreros dando los toques finales al proyecto.

Antes de que el año termine, los responsables de la estación esperan que la antena gire para recibir datos de la primera misión. Su primera parada es a 380 mil kilómetros de distancia, pero también pueden llegar a viajar 50 millones de kilómetros para explorar Marte. “Eso es un plan pero no un proyecto”, distingue Wang Ke.

“Cuando no haya tareas espaciales, el centro va a tener poca gente para mantenimiento y va a estar abierto al público para visitas”. Wang Ke. Responsable general de la estación

“El acuerdo fue ratificado por Macri ya que China firmó un acuerdo con 105 países para el uso pacífico del espacio ultraterrestre, que incluye las órbitas”. Rodolfo Laffite Secretario de Gestión Pública.

Los números

200 hectáreas cubre el predio.

1 mega de potencia es el consumo eléctrico máximo.

35 metros de diámetro tiene la antena.

450 toneladas pesa la estructura.

500 obreros trabajaron en la construcción.

50 millones de dólares fue la inversión total.

50 años es el plazo acordado para el uso chino de las tierras.

El consumo de electricidad

Mover una antena de 450 toneladas requiere de una inmensurable cantidad de energía. Los responsables de la estación solicitaron al EPEN una conexión que los abasteciera de un mega de potencia. Si bien la estación va a alternar momentos de tareas con otros sin actividad, durante sus períodos de mayor consumo hará uso de la misma energía que utiliza el pueblo de Las Lajas, que tiene 7 mil habitantes. “Son como cinco Chorriacas”, expresó Sergio Zingman, gerente de ESUCO, para dimensionar el consumo.

Del acuerdo entre China y Argentina a las conjeturas sobre el uso de la estación y la aprobación en tiempo récord

La estación espacial llegó a partir de un acuerdo de colaboración entre los gobiernos de China y Argentina firmado en julio de 2012, que establece una cesión por 50 años de las tierras de Quintuco al Estado chino para que instale allí los equipos.

A cambio, la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CONAE) tendrá derecho a usar un 10 por ciento del tiempo de la antena, lo que se demuestra en las oficinas especiales que se construyeron para los científicos argentinos.

Ese mismo año también se firmó un acuerdo con Neuquén, donde finalmente se instaló el predio de 200 hectáreas en el paraje Quintuco, 355 kilómetros al noroeste de la ciudad de Neuquén.

El secretario de Gestión Pública de la provincia, Rodolfo Laffite, aclaró que el Estado neuquino también tiene derecho al uso de la antena, pero como la provincia no cuenta con actividades de investigación espacial, cederá ese uso a la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) y a la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) para que pueda ser aprovechado por ambas instituciones.

En la cumbre del G20 del año pasado, la embajadora Susana Malcorra se reunió con su par chino, Wang Yi, y firmaron un acuerdo que enfatiza el uso civil de la estación de observación del espacio lejano.

De este modo, quedó ratificado el apoyo del nuevo gobierno argentino al proyecto chino, luego de que la ley que permitía su instalación fuera aprobada en tiempo récord durante la gestión del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

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