El anónimo artista británico marcó los muros parisinos con su respaldo a los migrantes. Banksy versionó la conocida pintura de ‘Napoleón cruzando los Alpes’, aunque en esta ocasión Napoleón aparece envuelto en una capa roja que oculta su rostro. AFP
La obra de arte de Napoleón Bonaparte del artista callejero anónimo Banksy, con un pañuelo inspirado en la pintura original de Jacques-Louis David, ha sido encontrada en el norte de París durante el fin de semana. AFP
El primero fue pintado en la puerta de la Chapelle, un lugar que reúne a la miseria del mundo de los migrantes que llegan a París, y cerca de un centro donde se vende “crack “a los que han perdido su sueño de integración. Muy cerca de “La Bulle”, el centro de migrantes ya clausurado, al menos 35 veces.
Una niña negra intenta tapar una cruz gamada. AFP
Una chica negra, con un spray, pinta un árbol rosa de tapicería sobre una cruz gamada nazi. Una imagen dulce, ingenua, que trata de cubrir la violencia de la cruz nazi. Justo cuando la principal rabina británica Laura Janner Klaussne, del Judaísmo reformista en Gran Bretaña, advirtió “sobre el riesgo de genocidio en las políticas de Donald Trump”. Dijo que “la deshumanización con la que se está hablando de los refugiados en Europa recuerda el relato que se impuso y dio origen al nazismo y al fascismo” en la segunda guerra mundial.
La otra obra de Banksy es su versión de un clásico: Napoleón cruzando los Andes, la pintura de Jacques Louis David. El artista británico cubre al jinete Napoleón con su propia capa colorada, a la que convierte en el velo al viento de una mujer musulmana.
El británico también dejó imágenes de ratas en otros muros. AFP
En otra obra encontrada en las inmediaciones de la universidad de la Sorbona, Banksy diseñó a un hombre elegante, de traje y corbata, con un serrucho en su mano escondido en su espalda, dando un hueso a un perro, al que le ha amputado la pata. Una metáfora de como los políticos engañan a la gente , con una agenda tan oculta como devastadora.
Otra de las obras utiliza la parte de atrás de un cartel publicitario gris de una esquina parisina, con otros de sus grandes protagonistas como personajes: las ratas. Otra metáfora de los más pobres. La rata supera los obstáculos cuando es elevada por un corcho de champagne en una de sus tres versiones.
La llegada de este artista británico anónimo de Bristol a París coincide con otro aniversario: el de mayo del 68 francés, una desobediencia civil estudiantil y obrera que llevó al gobierno a la parálisis.
Mayo del 68, una rata con el 8 de esa mítica fecha, hecha un moño en la cabeza. AFP
No es la primera incursión de Banksy en Francia. Tan misteriosamente como se fue, llegó al campo de refugiados de Calais, a La Jungla, en el 2015, cuando se hablaba de su desmantelamiento y vivían allí 8000 migrantes y 1200 menores no acompañados.
En el puente de entrada pintó a Steve Jobs, el dueño de Apple, el magnate informático, que no era otro que el hijo de un inmigrante sirio que lo abandonó y lo entregaron en adopción en Estados Unidos.
Cuando el barco de la ONG alemana Lifeline sigue esperando que se abra un puerto en el Mediterráneo para sus 230 migrantes, entre ellos 14 mujeres y 4 chicos recogidos en las aguas y nadie lo ayuda , Banksy usó su esténcil negro, la inocencia opuesta a la barbarie, para recordarle al mundo que ellos son como nosotros: seres humanos en emergencia.
FUENTE: Diario Clarín
