Mario Vargas Llosa: «Los intelectuales no renuncian a la irrealidad»

Sin iluminados. Defiende los procesos democráticos que mejoran gradualmente porque no existe "la perfección". / David Fernandez

Asegura que por su pasión utópica se habían aferrado a gobiernos populistas en la región. Y advierte sobre la era Trump. Sin iluminados. Defiende los procesos democráticos que mejoran gradualmente porque no existe «la perfección». / David Fernandez

Hay dos clases de personas: los erizos y los zorros. “El zorro sabe muchas cosas pero el erizo sabe una gran cosa”. El Nobel de Literatura peruano alude a esa distinción en su último y clarísimo libro, La llamada de la tribuÉl es zorro: escritor, periodista, político y polemista incansable. Transita la diversidad. Otros son erizos, saben algo muy importante, poseen una llave que todo lo resuelve.

Freud fue un erizo, el inconsciente lo explicaba todo. Santo Tomás de Aquino o San Agustín eran erizos, la fe revelaba la totalidad. Para Marx esa llave era la lucha de clases, y así fundó una religión laica. Mario Vargas Llosa prefiere las particularidades a las generalizaciones. “Disfrazado o explícito, en todo erizo hay un fanático; en un zorro, un escéptico y un agnóstico”, escribe.

Es notable, cuando habla fija la mirada sobre sí mismo. Sus ojos exhiben un esfuerzo de introspección. No dice nada sin pensar.

-¿Por qué tantos intelectuales latinoamericanos apoyaron a tantos gobiernos populistas y demagógicos?

-Muchos intelectuales latinoamericanos que vivían vidas muy confortables y burguesas fueron realmente terribles inquisidores de las democracias. Los intelectuales suelen arraigarse en su amor a la perfección. Pero la democracia es un sistema que se declara imperfecto. A muchos intelectuales les repugna ese reconocimiento de la mediocridad. Los demócratas no creen en sociedades perfectas, pero sí creen que son perfectibles, que pueden mejorar de manera gradual y no abrupta, sin matanzas de por medio. No hay perfección porque somos diferentes los unos de los otros. Pero los intelectuales no renuncian a la irrealidad. Y el marxismo ofrece la irrealidad, traer el paraíso a la tierra. Quizás eso explica la fascinación de tantos intelectuales por esas utopías.

-En la Argentina, no sólo los intelectuales, sino un gobierno en su conjunto, el de los Kirchner, concebían a Venezuela como un modelo a seguir.

-El peronismo y el kirchnerismo llevaron a la Argentina a uninmenso y flagrante fracaso. Los Kirchner, ciertamente, fueron promotores del modelo venezolano. Hoy Venezuela es un país en vías de extinción. La moneda va a dejar de existir. Hay un empobrecimiento brutal. Una barbarie. Pero así como el caso de Venezuela es muy trágico, el de Argentina es ahora muy positivo. La sociedad le ha dado el aval con los votos a un gobierno democrático.

-En estos momentos la sociedad sufre por el ajuste.

-Que un gobierno tenga que pedir sacrificios para resucitar a una sociedad que estaba en caída libre es comprensible. A pesar de los sacrificios que el gobierno está pidiendo, tiene aún una sostenibilidad importante. Soy optimista con respecto a la Argentina.

Efecto Odebrecht. El premio Nobel celebra que en Perú y Brasil "las cárceles se estén llenando de corruptos". / David Fernandez

Efecto Odebrecht. El premio Nobel celebra que en Perú y Brasil «las cárceles se estén llenando de corruptos». / David Fernandez

 

-¿Cómo influye en toda América Latina la crisis del Brasil, el encarcelamiento de Lula?

-Veo con mucha alegría que en Brasil haya habido un movimiento popular que pedía y que pide la regeneración de la democracia, que los corruptos fueran juzgados y que fueran a prisión. Y eso está ocurriendo. Es un hecho. Y la caída de Lula que era un mito, un mito internacional, es una muestra de lo serio del proceso. Se han enviado a la cárcel a empresarios y políticos de derecha y de izquierda. Es un proceso de regeneración muy auténtico. Y real. Es la primera vez que en América Latina hay un gran movimiento popular que no busca el socialismo, ni está en contra de la democracia. Al contrario, quiere una regeneración de las instituciones, que traiga progreso y que produzca esa igualdad de oportunidades.

Afortunadamente, a la cabeza del movimiento hay jueces honestos y eficientes como Sergio Moro. Lo que sorprende es que esté vivo todavía. Es extraordinario que Moro esté vivo … Estos jueces están transformando, a través de la justicia, un país que estaba realmente infectado por la corrupción. Petrobras, una institución pública, poderosa, fue la fuente mayor de la corrupción, así como Odebrecht en el campo privado. Partiendo del Brasil eso infectaba a buena parte de América Latina.

En el Perú es donde la corrupción ha tenido tal vez los efectos más dramáticos. Hay tres presidentes con problemas. Han habido estafas y corrupción, pero todo está saliendo a la luz y las cárceles se han llenado de ladrones y de corruptos. Antes esos horrores ocurrían en Perú pero quedaban en la sombra.

Yo creo que habría que levantarle un monumento a Odebrechtque ha producido la corrupción y que ha ayudado a revelar esa corrupción a través de las delaciones premiadas. El señor Odebrecht nos ha permitido ver la putrefacción que había en nuestros propios países.

-¿Cómo ve a Donald Trump?

-Lo veo muy mal. Con mucha tristeza. Nunca nadie hubiera podido elegir a un populista, a un señor sin cultura, a un demagogo como Trump. ¿Qué nos demuestra esto? Que ninguna sociedad ni la mas avanzada en el campo de la legalidad y la democracia está vacunada contra el populismo o contra el nacionalismo. Trump va a dejar al final una herencia muy negativa para los Estados Unidos.

-¿Usted ha dicho que el feminismo radical acecha a la literatura?

-Mire, yo estoy totalmente a favor de la igualdad de géneros. Creo que todas las reformas que se hagan para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres es democrática y liberal y hay que apoyarlas. El feminismo, por desgracia, en ciertos países está tomando una deriva sectaria, intolerante, exigiendo un tipo de corrección política que si se aplicara acabaría con la literatura e incluso con la cultura. Hay que aceptar que la libertad es esencialpara tener una cultura rica y creativa.

Y la cultura no se puede confinar como intentó la Inquisición dentro de una cárcel moral, religiosa, o políticamente correcta. Hay que defender la libertad. La gran literatura no ha sido nunca políticamente correcta. Y la literatura en muchos casos ha sido el espolón de proa de muchas cosas que en un primer momento parecían terribles y que luego pasaron a ser aceptadas porque eran avances, progresos en el campo social o cultural. Hay muchas feministas que no entienden eso. Quieren corregir no solamente el futuro sino que quieren corregir el pasado. Y quisieran corregir la cultura del pasado porque era demasiado machista.

– Usted que logró todo lo que logró sigue viviendo con la misma energía, como cuando era joven…

-Ya no con la misma energía,. Tengo 82 años. Pero el amor, la polémica, el trabajo literario me mantienen vivo y espero que me mantengan vivo hasta el final. Yo siempre digo que me gustaría morir con la pluma en la mano. Trabajando.

Vargas Llosa habló de "La llamada de la tribu", su último ensayo. (David Fernández)

Vargas Llosa habló de «La llamada de la tribu», su último ensayo. (David Fernández)

Su último ensayo

La llamada de la tribu es un libro inusual para la tradición académica latinoamericana. Es una reivindicación de pensadores liberales, algunos poco conocidos aquí como Isaiah Berlin o Raymond Aron. La tesis es simple y contundente: “El ‘espíritu tribal’, fuente del nacionalismo, ha sido el causante, con el fanatismo religioso, de las mayores matanzas en la historia de la humanidad”.

Tiene un tono pedagógico y también autobiográfico. Cuenta que esos autores fueron reconfigurando su manera de ver el mundo, desde un inicial izquierdismo hacia el liberalismo.

Vargas Llosa impugna precisamente “la llamada de la tribu”, esa regresión al oscurantismo, a la sociedad cerrada, y al nacionalismo, sobre el que enfatiza su rechazo porque lo considera un monstruo que enfermó a Cataluña, o a Inglaterra con el Brexit en detrimento de Europa, ese proyecto de conjunción de naciones que el premio Nobel concibe como crucial. Dice Vargas Llosa que los nacionalismos contemporáneos en Europa fueron fabricados por ficciones, por distorsiones deliberadas de la historia. No cree que esos secesionismos triunfen. Pero por las dudas advierte sobre una posibilidad que considera nefasta.

Para escucharlo

Este sábado, a las 18, el autor de “La ciudad y los perros” y “Conversación en La Catedral” se presenta en la Feria del Libro. Estará en diálogo con el periodista Jorge Lanata, en la Sala Jorge Luis Borges, en un encuentro que incluirá definiciones sobre la actualidad política.

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