Si se hace girar bruscamente entre los dedos una bola de billar y luego se suelta, continua girando sobre sí misma durante cierto tiempo. Lo mismo sucede con el trompo. Lo que lo hace girar, es la fuerza con que es lanzado. Pero, ¿por qué continúa dando vueltas sobre su propio eje?
Hay un principio científico que explica este fenómeno llamado inercia giroscópica (el mismo principio se aplica al giroscopio): todo cuerpo que se hace girar y luego se suelta, sigue dando vueltas en el mismo sentido en razón de la inercia. Esto sucede hasta que otra fuerza exterior se interpone.
Cuando se lanza una pelota al aire dándole un movimiento de rotación, continúa dando vueltas sobre si misma hasta que la resistencia del aire o la mano de un jugador retienen su movimiento. La tierra obedece a este mismo principio: se comporta como un gigantesco giroscopio. El eje alrededor del cual gira, va del polo norte al polo sur y permanece siempre orientado en la misma dirección: la de la estrella polar.
El juego del trompo es uno de los juegos populares que ha entretenido a grandes y chicos desde los tiempos más antiguos. Los esquimales hacen sus trompos de hielo, los aborígenes de América del Sur de hueso, los habitantes de las islas del Pacífico en madera de palmera y en piedra volcánica. El juego del trompo es muy popular en China y Japón.
