Los logros que nos conquistaron. Autor de clásicos como Oliver Twist, Cuento de Navidad o Grandes esperanzas, Charles Dickens (Reino Unido, 1812-1870) es uno de los novelistas más destacados de la literatura inglesa.
La cara oculta que desconocíamos. Durante veinte años Charles Dickens estuvo casado con Catherine Hogarth. Juntos tuvieron diez hijos. Una cantidad que hoy puede resultar excesiva, pero que en aquella época entraba dentro de los cánones de la normalidad. Sin embargo, pasar por tal cantidad de partos terminó por modificar el físico de Catherine, algo que el escritor no supo aceptar. «Dickens descubrió que ella ya no era de su agrado. Había dado a luz a 10 hijos y perdido gran parte de su belleza. Se había hecho vieja… Charles intentó incluso encerrarla en un manicomio, ¡pobre mujer! Pero a pesar de lo nefastas que son nuestras leyes en lo que se refiere a probar la locura, no consiguió su propósito», confesó Edward Dutton Cook, amigo de Catherine que conocía las turbulencias del matrimonio. Fue en 1858 cuando Charles Dickens decidió cargarse su matrimonio tratando de encerrar a su esposa en un manicomio. Su objetivo era comenzar una relación con su amante, la actriz Ellen Ternan. No consiguió encerrarla, pero acabó con la reputación de su mujer. «Durante años existió la sospecha de que lo había intentado, pero ninguna prueba definitiva. Y por supuesto es algo muy difícil de asimilar. Hizo cosas admirables, pero en su ruptura matrimonial tuvo un comportamiento horrible e hirió a mucha gente», aseguró a EL PAÍS John Bowen, profesor de Literatura del siglo XIX en la Universidad de York. Dickens se cuidó mucho de proteger su imagen y logró que, de cara a la galería, fueran los supuestos desórdenes mentales de Catherin, que según él no atendía a sus hijos, los culpables del fracaso matrimonial.