¿Dónde estudiar teatro en Neuquén y Río Negro?

Mar de Dudas obra de teatro en Bariloche

Según un informe del diario Río Negro de hoy, en las provincias de Río Negro y Neuquén hay tres lugares formales para estudiar teatro -dos universitarios y una escuela de arte-, pero aún hay una mayoría que se vuelca a los talleres.

Por PAULA GINGINS. FUENTE: Diario Río Negro

Algunos prefieren quedarse cerca. Otros optan por probar suerte en Buenos Aires. Hay quienes eligen participar de los cursos (privados) que dictan los grandes maestros de las tablas y otros, la mayoría, asisten a los talleres que dictan los artistas de la región.

La movida teatral que hay en la zona es enorme: sólo este fin de semana, en Río Negro y Neuquén, hubo 28 obras para ver; y se organizan festivales en Neuquén, en Roca, en Cipolletti, en San Martín de los Andes, en Bariloche; más mil personas participan de la ya clásica noche de los teatros, en Neuquén; y desde hace más de una década se realizan encuentros como el Galponeando, en Luis Beltrán, que reúne a centenares de adolescentes de la región que muestran su pasión por las tablas.

Pero semejante movida no es fiel reflejo de la cantidad de inscriptos en las instituciones que forman a los jóvenes interesados: a la Escuela Superior de Bellas Artes Manuel Belgrano de Neuquén (ESBA, que dicta el profesorado de teatro en los tres niveles educativos y la carrera de actor-actriz), se suma en Roca el Instituto Universitario Patagónico de Arte, IUPA, que dicta la carrera de Artes Escénicas de nivel universitario) y la Universidad de Río Negro (que ofrece en Bariloche la licenciatura en Arte Dramático y el profesorado en teatro).

Por año, unos sesenta interesados se anotan en cada una de esas instituciones para alcanzar su título. Pero, la mayoría de las personas que inicia sus estudios no los concluye, lamentan -y coinciden- las responsables del área en el ESBA y el IUPA, Anahí Costa y Silvana Calicchia, respectivamente.

La movida teatral de la zona suma propuestas semana a semana.La actriz y docente de teatro Ely Navarro (recibida en la ESBA) ensaya una explicación: el costo de vida en Neuquén es altísimo, los alumnos deben trabajar para costear sus estudios -y su vida cotidiana- y para algunos aparece la posibilidad de integrar elencos en salas independientes, lo que traba sus estudios.

Algunos programas de becas otorga el Instituto Nacional de Teatro (INT) y ofrece capacitaciones de manera esporádica, como el seminario de Crítica Teatral que dictó en Neuquén el reconocido Jorge Dubatti hace unos meses o el de Formación de Espectadores que sostiene desde hace un tiempo el INT con buena asistencia en ambas provincias. La secretaria de Cultura de Río Negro acaba de implementar un programa «Rutas teatrales» (ver aparte), que ayuda a algunos elencos a mantenerse en el ruedo.

Lo que más abundan son los talleres de teatro que dictan artistas de la zona. Pero, como coinciden la mayoría de los consultados, «no dejan de ser encuentros vocacionales».

Gustavo Lioy, actor y director de la capital neuquina opina que «la formación académica te da otras herramientes y es necesaria». Para Lioy, estudiar «abre siempre otras opciones que tal vez no imaginaste que estaban ahí».

Fernando Aragón, referente en la región del INT, explica que «antes, de cien estudiantes de teatro de la zona que se iban a la Universidad Nacional de Artes de Buenos Aires (UNA), entraba una minoría, pero ahora no hace falta probar suerte allá porque tenemos formación académica y muy buena, en el IUPA o la ESBA».

Los profesionales de las tablas coinciden en preguntarse con qué tiene que ver la diferencia entre la gran movida teatral y el escaso número de estudiantes en espacios formales-

Por un lado, analizan, con la falta de apoyo estatal para que los alumnos puedan concluir sus estudios, por ejemplo, con programas de becas, aunque la salida laboral es cada vez más sólida y eso es interesante, coinciden.

Para Lautaro Vilo -actor, director, dramaturgo de Plottier que estudió en Buenos Aires hace más de dos décadas y hoy presenta sus obras en el off porteño-, «no suele haber una preocupación por mostrar a la comunidad el teatro que hacen puertas adentro de estas instituciones», recuerda, a la vez que reflexiona.

«El teatro tiene que ser una política de Estado, hay que sentarse a hablar. Hay mil tareas posibles: desde Payamédicos hasta crear un elenco estable. Por falencias de las secretarías de extensión o por falencias del Estado, la gente no se entera. Hay que lograr que el ciudadano defienda el espacio», resume.

Que los elencos jóvenes se conforman y se multiplican en el ámbito del teatro independiente, no es novedad, aunque en la academia, desde hace tiempo, intentan promover la creación de elencos estables que puedan significar formación y una salida laboral concreta.

Navarro confirma que «por fin tendremos un elenco estable en la ESBA, después de muchos años de pelear por eso: lo dirigirá Sebastién Fanello» (fue seleccionado por concurso, luego de presentar un proyecto).

Costa detalla que «significará un proyecto de trabajo por dos años para seis puestos pagos -entre actores y actrices- y será para recorrer la provincia con dos obras por año que serán seleccionadas por el director».

La docente se entusiasma e indica que «se hicieron audiciones de las que resultaron seleccionados 23 alumnos entre los inscriptos».

Del otro lado del puente, la responsable de Arte Dramático del IUPA, Calicchia, insiste en que «hay que buscarle la vuelta para que los alumnos concluyan su proyecto social de residencia y la salida laboral se haga concreta: el espacio se defiende desde ahí».

«En breve sumaremos la licenciatura, así que estamos esperando que salga», se entusiasma Silvana Calicchia, responsable del Departamento de Arte Dramático del Intsituto Universitario de Artes Patagónicas (IUPA), de Roca.

«Integramos un equipo de profesionales muy comprometidos con la tarea y buscamos perfeccionar la formación de nuestros alumnos todo el tiempo», agrega Calicchia, en diálogo con «Río Negro».

El sitio web de la institución invita: Los alumnos reciben una formación académica amplia en el entramado de las artes escénicas y la formación abarca distintos aspectos para que el estudiante egrese con un saber artístico pero también profesional.

En ese punto, Calicchia se preocupa porque existe un amplio margen de alumnos que no da el cierre a su carrera.

«Se quedan en el tramo final y no concretan la residencia, que es un proyecto social final. Quedan desiertos los lugares en las organizaciones en las que están haciendo el proyecto», detalla.

Ese contacto es, en definitiva, el espacio que podría funcionar como primera salida laboral. «Tenemos que buscarle la vuelta para darle continuidad: se recibieron diez alumnos en los dos últimos años. Hay que defender el espacio artístico ahí», enfatiza la docente.

Es que lograr que los alumnos concluyan sus estudios parece quitarle el sueño al equipo docente.

Calicchia repite, como un mantra: «Es lograr que los chicos asuman que el espacio artístico se defiende desde acá, desde antes de recibirse y, también, una vez que se reciben», dice.

Si bien el Instituto Nacional del Teatro (INT) otorga varios subsidios para proyectos específicos, a los alumnos les resulta imposible sostener el costo de vida sin contar con un trabajo.

Calicchia no se desanima: «Esta semana me reuní con Gerardo Camilletti, el nuevo Decano del Departamento de Artes Dramáticas de UNA (Universidad Nacional de las Artes, de Buenos Aires) y se mostró muy interesado en mantener un contacto permanente, vendrá a hablar del proyecto de UNA y fue, realmente, muy amable».