Sobre el escenario, minimalista, despojado de utilería innecesaria, dos parejas viven, como pueden, como se lo permiten, el amor.
Pero ¿es amor? ¿Existe una única manera de experimentarlo o es que nos atraviesa, nos ocupa por sorpresa y ya no podemos volver atrás ni reformularlo junto con ese «otro» (objeto de afecto)? Ésas parecen ser las preguntas que sostienen e hilvanan las escenas en esta pieza que propone el grupo Crash.
En un mismo espacio que se desdobla, el guionista y director Pablo Todero encontró una excelente manera de mostrar la intimidad de cada pareja (la iluminación hace un enorme aporte) y aquellos momentos de encuentro social (por sus características, estas parejas amigas parecen emerger de la clase media nacional).
Con textos poéticos y conmovedoras interpretaciones, el interrogante que queda suspendido en escena, «¿qué es el amor?», transita por la violencia en las relaciones, lo asimétrico, los silencios, el deseo, los sueños y el abanico de emociones y sentimientos de cada personaje (que podemos ser todas las personas, así, sin más). ¿Alcanza con sentir? ¿Es absoluto el amor? ¿Es definitivo aquello de que «una persona que no es amada es invisible»?
Claro que hay espacio aquí, como en la vida, para el humor y se agradece. Todero encuentra el equilibrio entre la crudeza y el humor inteligente, le da un respiro a «la seriedad» profunda de su propuesta (permite que la parte más densa de la reflexión adopte múltiples formas): la ironía o esos lugares comunes en los que podemos reírnos de nosotros mismos aparecen como pinceladas en varios cuadros y la platea los celebra con risas y cabezas que asienten. Identificación, que le dicen, con las dos caras clásicas de la comedia.
La mirada social, los estereotipos y esa obsesión de los personajes por cuestionar las formas que adopta el amor abrazan al público; Agostina Chiappetta, Silvana Feliziani, Laura Sarmiento y Alejandro Cabrera ofrecen sus criaturas sobre el escenario, con la fotografía de Andrea Jara, la escenografía de Florencia Gómez y Guillermina Castellanos y el diseño gráfico de Diego Cabrera. Los sábados de este mes a las 21.30, en El Arrimadero Teatro (Misiones 234, Neuquén).
FUENTE: diario Río Negro
