Por qué no me gustó “Parásitos”

Considerar algo bueno muchas veces es pretender que las cosas pasen como uno desea y parece que no es así. Me suele suceder -en especial- con las películas. Salí del cine Normandie de Santiago de Chile tan desconcertado como molesto. “¿Premiaron con un Oscar a este bodrio como la Mejor Película Extranjera?”, me preguntaba mientras caminaba pateando piedras.

Y no es que “Parásitos” sea una película mal filmada, mal editada o que tenga malas actuaciones. Simplemente es una película prescindible o que es mala porque su director o guionista ha querido dar en el centro del gusto estadounidense; ese que se regocija con el morbo, la sangre, los crímenes y los cuchillos voladores.

Corea del Sur -con 30.000 USD- tiene el doble de ingreso per cápita que Chile o Argentina, pero estas estadísticas no quieren decir que no tenga pobres, sin embargo los pobres coreanos son bastante ingeniosos. Son capaces de ir a parasitar en un hogar de clase alta hasta apoderarse de él (ese es el argumento). Lo que comienza siendo una comedia de mal o poco humor, deviene en una tragedia de proporciones en la cual varios de sus protagonistas (pobres y ricos) mueren de la forma más escabrosa y ridícula posible.

Entre estos extremos una serie de sucesos  absurdos y poco creíbles: El esposo de una ex ama de llaves vive escondido por años en el sótano de la mansión, alimentado de modo subrepticio por su esposa… ¡muy raro! Al ser descubiertos por los nuevos sirvientes se inicia una feroz lucha entre pobres que pretenden vivir como parásitos de unos ricos relativamente buenos, no como los ricos del Tercer Mundo…

Muchos la consideran por su crítica social. No me parece, al menos del modo tradicional: lucha de ricos malos contra pobres buenos. Ver esta premiada película fue uno de los grandes sufrimientos autoimpuestos. Varias veces estuve a punto de retirarme del cine pero me quedé con la esperanza de algo  -un giro- que justifique tanto aplauso. Y así fue no más, cuando un inocente y tierno cumpleaños fue el epilogo de una orgía de terror y sangre.

Todo esto para decirnos que a los pobres no se los debe hacer trabajar horas extras y que estos, a pesar de sus carencias materiales también pueden tener carencias de valores. Es al menos lo que yo entendí.

Por Rubén Reveco. Editor Revista Machete

ARGUMENTO

La familia Kim, compuesta por el padre Kim Ki-taek, la madre Chung-sook, el hijo Ki-woo y la hija Ki-jeong, viven en un pequeño apartamento en el semisótano, trabajan en empleos temporales mal remunerados y luchan para llegar a fin de mes. El amigo de Ki-woo, Min-hyuk, que se está preparando para estudiar en el extranjero, le regala a la familia Kim una piedra de erudito (Gongshi) que se supone les traerá riqueza. Min-hyuk le sugiere a Ki-woo hacerse pasar por estudiante universitario para obtener su trabajo como tutor de inglés de la hija adolescente de la rica familia Park, Da-hye.

Una vez que Ki-woo es contratado, el resto de los Kim se hacen pasar sucesivamente por trabajadores sofisticados y calificados, no relacionados entre sí, y se integran en la vida de los Park: Ki-woo comienza una relación romántica con Da-hye; Ki-jeong se hace pasar por una terapeuta de arte y es contratada para enseñar al hijo menor, Da-song; Ki-taek es contratado como chofer después de que el conductor del Sr. Park es despedido cuando Ki-jeong lo incrimina por tener sexo en el auto; y Chung-sook es contratada para reemplazar a la actual ama de llaves, Moon-gwang, después de que los Kim provocan su alergia a los melocotones, alegando que tiene tuberculosis.

Cuando los Park se van de campamento, los Kim ocupan la mansión, deleitándose con sus lujos. Esa noche, Moon-gwang regresa, alegando que dejó algo en el sótano. Ella abre un búnker secreto, revelando que su esposo, Geun-sae, ha vivido allí durante años para esconderse de los usureros. Mientras le ruega a Chung-sook que guarde su secreto, los Kims que escuchan a escondidas tropiezan accidentalmente quedando a la vista. Moon-gwang amenaza con exponer su estafa después de darse cuenta de que son una familia, lo que lleva a una pelea.

Los Park de repente llaman, informando a Chung-sook que las fuertes lluvias han arruinado el viaje y que llegarán a casa en breve. Los Kim obligan a Geun-sae y Moon-gwang a entrar en el búnker; Chung-sook patea a Moon-gwang por las escaleras, que sufre una lesión fatal en la cabeza. Cuando regresan los Park, la Sra. Park le dice a Chung-sook que su hijo estaba traumatizado años antes al ver emerger un «fantasma» del sótano: Geun-sae. Con los otros tres Kim escondidos cerca, el señor Park se queja con su esposa de que si bien Ki-taek es un conductor competente, huele mal. Los tres Kim escapan de la mansión sin ser detectados, pero encuentran su departamento inundado por las aguas residuales impulsadas por la lluvia. Pasan la noche en un gimnasio local, junto con cientos de personas damnificadas por la lluvia.

Al día siguiente, la Sra. Park organiza una fiesta de cumpleaños para Da-song e invita al personal. Ki-woo regresa al búnker con la piedra del erudito, pero es emboscado por Geun-sae, quien lo golpea en la cabeza con la roca. Geun-sae escapa del búnker y se apresura a la fiesta, apuñalando a Ki-jeong. La repentina aparición de Geun-sae desencadena la memoria traumática de Da-song, causándole una convulsión. Cuando Ki-taek se apresura a ayudar a Ki-jeong, el Sr. Park le grita que lleve a Da-song al hospital. Ki-taek le arroja las llaves del coche, que aterrizan bajo la lucha de Chung-sook y Geun-sae. Chung-sook logra matar a Geun-sae con un pincho de carne. Cuando el Sr. Park recupera las llaves, retrocede por el olor de Geun-sae. Ki-taek, al presenciar la reacción del Sr. Park al olor, apuñala fatalmente al Sr. Park antes de huir.

Semanas después, Ki-woo se despierta de un coma y es sentenciado, junto con Chung-sook, a libertad condicional por fraude; Ki-jeong ha muerto de su herida. Se desconocen los motivos de Geun-sae y el paradero de Ki-taek, quien es buscado por el asesinato del Sr. Park. Mientras observa la mansión vendida recientemente, Ki-woo nota un ligero parpadeo de una lámpara en código Morse: un mensaje de SKATS de Ki-taek, que ahora vive en el búnker.

Ki-woo promete algún día ganar suficiente dinero para comprar la mansión y liberar a su padre.

 

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