Un neuquino en Canadá

imagen1Daniel Finzi es violonchelista y vive en Quebec. Allí, no sólo dirige la Philharmonique du Haut-Saint-Jean y un Ensamble de Cuerdas, sino que además formó el cuarteto Quétango.

Neuquino de origen, Daniel Finzi inició sus estudios de violonchelo en Neuquén y Bahía Blanca, con Jorge Falcioni. Posteriormente, en Canadá obtuvo las Maestrías en Interpretación de la Universidad Laval, y en Didáctica Instrumental. Músico activo, apasionado, es fundador y miembro del cuarteto Quétango, integra las orquestas sinfónicas de Trois Rivières y del Estuario, y es invitado frecuente del Ensemble de Música Antigua La Chamaille. Desde hace más diez años junto a la violonchelista Caroline Goulet, su esposa, conforman Dúo Clásico. Como compositor, ha trabajado con el dramaturgo Alejandro Finzi, su padre. Desde enero del año anterior conduce el Ensamble de Cuerdas La Sinfonía, que agrupa unos cuarenta músicos amateurs de diversas edades, estudiantes del Conservatoire de Musique quebequense y de la Faculté de Musique de l’Université Laval, y ejecutantes profesionales.

Con Quétango –formación que completan el guitarrista Jonathan Hains, Frédéric Vermette en contrabajo y el percusionista Simon Boudreault– Daniel hará pronto una gira por el oeste canadiense presentando su nuevo disco, «Música Urbana» y de regreso estará en el Festival de Montréal, uno de los más célebres del planeta.

«Música urbana» se llama el segundo compacto que grabó con Quétango. «Para este disco nos sirvió mucho haber estado en (el Mundial 2011 de Tango de) Buenos Aires. Ya veníamos escribiendo los temas y nos fue muy útil para concluirlo. Por eso, es música urbana más definida… Acá, en Quebec, todo lo relacionado con tango, es muy conservador, muy cliché, digamos. Cuando estuvimos en BA, vimos grupos haciendo un montón de variantes y de direcciones buenísimas. Quedamos entusiasmados y quisimos despegarnos un poco de la palabra tango y hacer un guiño a (Astor) Piazzolla. Una vez dijo que lo suyo podía ser o no tango, pero sí música porteña. Lo nuestro sin ser porteño, es bien urbano. De ahí el título… Es música mucho más definida que la del primer compacto, donde estábamos explorando un montón de cosas. Ya tenemos un sonido más preciso para el grupo, con un color diferente. Un director teatral canadiense, dijo –no será suya la cita– que en arte no hay que ser los mejores, pero sí únicos. Lo que hacemos hoy con «Música urbana» y con Quétango, es así. Podemos decir que hay líneas tangueras, de música progresiva, clásica, de jazz… Hay que escucharlo. La música es todas las músicas.

–Una tercera faceta tuya es la de compositor. El 20 de abril estrenaste «Contrafagoteando» en el Palacio Montcalm de Québec…

–En noviembre del 11, con la orquesta (Sinfónica del Estuario) de Rimouski tuve que escribir todo un concierto para hacer una gira para los chicos… En esas presentaciones, conversando con una chica (Paskale Leclerc) fagotista, le pregunté –en chiste- cuándo te escribo un concierto para fagot? Ella me replicó, para fagot no, para contrafagot. Con esa broma empezó y ella charló con el director (René Joly) de un conjunto de vientos y percusión de Québec, único en Canadá, que interpretó esta obra. Así surgió… Fue muy lindo porque tuve que aprender el instrumento, de cierta manera. Trabajé con Paskale, le llevaba ideas y ella me decía esto se puede hacer, esto no, va a sonar horrible. Un verdadero intercambio en lo que respecta a la fase solista. Al contrafagot, los compositores, generalmente lo usan para hacer –por ejemplo, en «La bella y la bestia» la parte de la bestia, para describir al feo o un monstruo. Y tratamos de darle otra función. Por otro lado, el título es un juego de palabras con «Contrabajeando» de Piazzolla. Son tres movimientos en los que integré su principio y están llenos de guiños a esa pieza de Astor. Hay un movimiento con fuerte inspiración folclórica, de chacarera. No sólo de tango también de milonga. Inevitablemente tiene nostalgia, pero no triste y no es mi intención primera.

–¿Cómo fue escucharlo desde afuera?

–Muy raro… Porque hasta ahora, todo lo que escribí fue para mí. Por primera vez, me senté a escuchar y fue puro nervio porque no podía hacer nada más que hablar con René Joly y sugerirle algo… Lo voy a apreciar más cuando escuche la grabación, estaba más nervioso yo que la fagotista, creo. Es la primera vez que una obra se me desprende y queda en manos de otros.

 

Entrevista: Eduardo Rouillet eduardorouillet@gmail.com

FUENTE: diario Río Negro

Dejar un comentario

Enviar Comentario

Por favor, completar. *

porno pornos xxx hd Porno xxxnx XXX Italiano porno filme video porno porno hindi jija sali sex videos xnxx xvideos arab real desi xxx wap porn videos