Percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida,
dejándome el alma herida y espina en el corazón,
sabiendo que te quería, que vos eras mi alegría 
y mi sueño abrasador,
para mi ya no hay consuelo y por eso me encurdelo,
pa´ olvidarme de tu amor.

Así comienza la primera estrofa de «Mi noche triste» y con ella se inicia el hito en la carrera de Carlos Gardel, quien puso voz a la primera historia cantada con melodía de tango. Fue tal la importancia de esa grabación que se considera que si el tema cantado hubiera sido otro, otra sería la historia de la música ciudadana.

La composición original fue el tango instrumental “Lita” y un año después Pascual Contursi le puso letra. Al poco tiempo fue grabado por Carlos Gardel.

La composición original fue el tango instrumental “Lita” y un año después Pascual Contursi le puso letra. Al poco tiempo fue grabado por Carlos Gardel.

En 1916, Samuel Castriota había compuesto la melodía Lita que llegó a los oídos de Pascual Contursi, un excepcional dramaturgo y letrista, que inspirado por sus emociones decidió ponerle letra y como título «Percanta que me amuraste», en coincidencia con el estilo de letras de la época. Luego se la incluyó en un sainete y se le dio el nombre con el que pasó a la posteridad. Ahí comienza a grabarse la historia. «Ese tango abre una ventana que no existía porque era solamente música de baile, más que música era una musiquita, que nadie le adjudicada ser algo serio. Pero a partir de ahí y, fundamentalmente por la interpretación de Carlos Gardel, la gente que estaba vinculada al teatro se dio cuenta que eso era bueno también para ganar dinero y comienzan a hacerse letras», dijo a Infobae Enrique Espina Rawson, historiador de tango especializado en Gardel.

Fue tal el impacto que causó en 1917 esa grabación que la gente que nunca había escrito nada lo hacía para ver si tenían suerte. «Con todas esas letras se empiezan a generar un cancionero que no existía».

El primero de Gardel

Gardel – Razzano. “La historia del tango no es concebible sin la presencia de Carlos Gardel”.

Gardel – Razzano. “La historia del tango no es concebible sin la presencia de Carlos Gardel”.

En 1911 Carlos Gardel conoce a José Razzano en la casa de un amigo en común ubicada en la calle Guardia Vieja, cerca Mercado de Abasto. Aparentemente fue ese amigo quien le hizo llegar en 1917 la letra de Mi noche triste y Gardel, quien hasta ese momento tenía un repertorio de canciones camperas, venciendo quién sabe qué pensamiento, decidió cantarla. Ese mismo día se convirtió en un hito en su vida porque dio nacimiento al género más representativo de Argentina. «Se supone que la letra se la hace llegar a Razzano, pero como el mundo del tango era muy chico no era muy dificil que alguien se la haya hecho llegar», explicó el historiador y amplió: «Gardel se resistió un poco porque los tangos en 1916 no estaban bien vistos, pero a partir de ahí hubo una progresión creciente que el mismo autor, Pascual Contursi empieza a crear infinidad de letras y otros lo siguieron».

Lo que sigue podría definirse como la continuidad de la historia del tango. «El siguiente gran éxito fue el tango canción Milonguita y se crea una industria generada por la industria del disco que era hasta ese momento incipiente, pero a través de las interpretaciones de Gardel se comienzan a vender discos por millares, no solo acá sino en todo América latina y España. La producción autoral se retroalimenta con la producción comercial».

En 1930 Gardel graba la segunda versión de Mi noche triste y define al tango. En la foto posa junto a Guillermo Barbieri, José María Aguilar y Ángel Domingo Rivero, sus músicos.

En 1930 Gardel graba la segunda versión de Mi noche triste y define al tango. En la foto posa junto a Guillermo Barbieri, José María Aguilar y Ángel Domingo Rivero, sus músicos.

La importancia de la letra

«‘Mi noche triste’ se convierte en una letra arquetípica de la que después se copian todos: el hombre abandonado por la mujer es el tema y todos los grandes tangos que surgieron después era la queja por el amor que se fue. Se convierte en uno de los grandes temas, pero si esa letra hubiera tenido otro tema, el tango hubiera tenido otra característica», define Espina Rawson y explica que fue ese tango canción el que llevó a decir que el tango era una queja. «¡En Brasil le dicen que el tango es el lamento del cornudo! Y hasta los años 40 la letra se repite, pero cuando avanza acude a la evocación, al recuerdo de los amigos, de la madre, del barrio perdido… Es una música impregnada de melancolía y nostalgia por un pasado que no ha de volver».

Gardel crea el modelo insuperable del tango

Antes de esa letra, el tango tenía letra menos pretenciosa y sin intención de buscar una historia. Cuando eso sucedía, Gardel interpretaba folclore por eso la importancia de Mi noche triste es de tal magnitud: este tema es el primero que canta «el Morocho».

Y la canta en dos oportunidades. La primera grabación es en 1917 y la segunda de 1930. Lo que sucede entonces es simplemente magnífico. «Entre ambas grabaciones hay un abismo de diferencia. En la primera es un tanteo porque no sabe cómo cantarlo, fue un ensayo, pero a partir del éxito que tuvo él logró darle la forma que hasta hoy es inalterable. En la segunda grabación de Mi noche triste está el molde eterno del tango. Gardel crea el modelo insuperable del tango, crea el tango cantado y la historia del tango no es concebible sin la presencia de Carlos Gardel».

Mi noche triste

Percanta que me amuraste
en lo mejor de mi vida,
dejándome el alma herida
y espina en el corazón,
sabiendo que te quería,
que vos eras mi alegría
y mi sueño abrasador,
para mí ya no hay consuelo
y por eso me encurdelo
pa’olvidarme de tu amor.

Cuando voy a mi cotorro
y lo veo desarreglado,
todo triste, abandonado,
me dan ganas de llorar;
me detengo largo rato
campaneando tu retrato
pa poderme consolar.

De noche, cuando rne acuesto
no puedo cerrar la puerta,
porque dejándola abierta
me hago ilusión que volvés.
Siempre llevo bizcochitos
pa tomar con matecitos
como si estuvieras vos,
y si vieras la catrera
cómo se pone cabrera
cuando no nos ve a los dos.

Ya no hay en el bulín
aquellos lindos frasquitos
adornados con moñitos
todos del mismo color.
El espejo está empañado
y parece que ha llorado
por la ausencia de tu amor.

La guitarra, en el ropero
todavía está colgada:
nadie en ella canta nada
ni hace sus cuerdas vibrar.
Y la lámpara del cuarto
también tu ausencia ha sentido
porque su luz no ha querido
mi noche triste alumbrar.