“De criollo a criollo. Homenaje a Don Ata” es el último disco del folclorista y el que presentará el próximo sábado en Neuquén. El músico habló con el diario “Río Negro” y dio detalles del show que ofrecerá, que incluirá muchos de sus temas clásicos.
Por JUAN MOCCIARO – FUENTE: diario Río Negro
Ese mediodía, la única preocupación del Chaqueño Palavecino era que no se le quemara el chupín de surubí que estaba cocinando. Porque eso estaba haciendo el cantante de folclore más convocante y popular de este país. Podía estar en cualquier lado, pero no: el Chaqueño Palavecino estaba en su casa de Rosario de Lerma, un pueblo a 33 kilómetros de la ciudad de Salta. Y podía estar haciendo cualquier otra cosa ese tórrido mediodía del primer día de noviembre, pero no. Estaba pendiente de ese chupín de surubí. También de que arrancara una camioneta y de que sus músicos llegaran a tiempo para empezar con las canciones de su próximo disco, pero nada le preocupaba más al Chaqueño Palavecino que ese chupín de surubí que él, su familia y, quizás sus músicos, almorzarían ese mediodía. A punto de recorrer casi dos mil kilómetros para actuar en el casino Magic de Neuquén, el próximo sábado a las 20, el Chaqueño Palavecino atendió a “Río Negro” por teléfono para anticipar detalles del show y hablar de su reciente disco, “De criollo a criollo. Homenaje a Don Ata”, donde ofrece su versión de las letras y la música de Atahualpa Yupanqui.
P- ¿Qué show hará aquí en Neuquén?
R- Vamos a cantar todas nuestras canciones que le gustan a la gente y también presentaremos las canciones que están en mi último disco, que es un homenaje a don Atahualpa Yupanqui. Pienso ir con once músicos.
P- ¿Qué lugar va a tener ese último disco en el repertorio que interpretará en Neuquén?
R- Yo grabé catorce temas compuestos por don Ata, de los que voy a cantar la mitad más o menos. Todavía no decidimos cuáles, pero sí que vamos a presentar siete canciones.
P- ¿Y el show completo?
R- Si son dos horas sobre el escenario, nos otros solemos meter unos 35 temas, así que por ahí va a andar la cosa. Va a ser un lindo show.
P- ¿Cómo fue la decisión de homenajear a don Atahualpa?
R- Yo creo que fue un antes y un después en el folclore don Atahualpa. Marcó una huella bien profunda. Yo ya había hecho un homenaje con Horacio (Guarany, el disco “Abrazando al caudillo”, de 2008) en vida y ahora quería hacerlo con Atahualpa.
P- ¿Qué lugar ocupó Atahualpa en su vida?
R- Siempre estuvo presente. Cada vez que salíamos a tocar por los pueblos o acá mismo en Salta siempre salía una letra de don Atahualpa. El escenario principal de la plaza Próspero Molina de Cosquín lleva su nombre.
P- ¿Y qué significó para usted grabar estas canciones?
R- Significó mucho. Fue muy especial elegir estas canciones y ponerle mi voz, la impronta de uno. Es el sentido de este homenaje, darle a estas canciones que han sido interpretadas por tantos músicos el estilo del Chaqueño. Es mi forma. Yo ya había grabado algunos pocos temas de Atahualpa, pero esto fue diferente. También creo que he llegado a un punto de mi carrera que puedo hacer este tipo de discos, a mi manera.
P- ¿Cómo fue la selección de los temas?
R- Elegí algunos clásicos, pero también otros no tan conocidos por el público porque fueron muy poco versionados. De los viejos elegí los que hemos cantado desde siempre en peñas y fogones y de los nuevos de Atahualpa, los que me han gustado más. “La arribeña” me ha gustado mucho, por ejemplo. “El arriero” también.
P- ¿Qué intérprete le gustaba más a usted?
R- A mi me gustaban mucho Las Voces de Orán y Los Manseros. El folclore santiagueño sobre todo.
P- ¿Cómo ve su carrera artística hoy, después de tantos años y tantos discos?
R- Desde que empecé a grabar mi carrera fue hacia arriba, siempre. Y creo que todavía tengo hilo en el carretel para unos cuantos discos más. El folclore nos ha dado mucho a nosotros y creo que estamos a mano porque hemos dado la vida por esta música.
“El folclore nos ha dado mucho a nosotros y creo que estamos a mano porque hemos dado la vida por esta música”,
siente el músico salteño al hacer un balance de su carrera.
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Perfil
Oscar Esperanza Palavecino nació el 18 de diciembre de 1959 en Rancho El Ñato, un paraje del Chaco salteño cerca del río Pilcomayo y del punto en que los límites de Argentina, Bolivia y Paraguay se tocan. Aunque de muy chico, el niño Oscar se mudó junto a su madre y sus hermanos a Tartagal, no muy lejos de allí.
De niño, lustraba zapatos en la plaza, vendía empanadas, repartía agua potable donde no había y era cadete de un mercado. Y de grande fue chofer de colectivo de La Veloz del Norte, trabajo que mantuvo aun cuando ya era el Chaqueño.
Su vida artística encuentra un antes y un después del festival de Cosquín. Antes, grabó tres casetes: “Pa mis abuelos esta zamba”, “Pal tío Pala” y “El alma de Felipito”. Suficiente discografía como para sacar un grandes éxitos que llamó “20 éxitos del zorzal chacosalteño”. Para entonces ya hacía algunos años que frecuentaba el festival coscoíno, pero como parte de la delegación salteña y presentándose en horarios marginales, fuera del horario de transmisión televisiva.
Pero como le ocurre a tantos folcloristas, el camino al éxito comienza en las peñas que rodean la plaza Próspero Molina. Y el Chaqueño no fue la excepción.
En 1998, le llegó la consagración, literalmente, porque fue Premio Consagración ese año en el festival con “Amor salvaje”. Y al año siguiente vivió su primera gran noche sobre el escenario Atahualpa Yupanqui con un recital de casi una hora. Lo que siguió fue su carrera después de conquistar Cosquín. Y lo que resultó es el Chaqueño tal como lo conocemos, acaso el artista más popular de su generación.
