Inauguró en Neuquén la pintora Viviana Torres Curth

La artista inauguró ayer sábado 4 de marzo en la Sala Emilio Saraco.

Lo primero que me llamó la atención fue la poca asistencia a la inauguración de la muestra de pinturas de Viviana Torres Curth, nacida en Comodoro Rivadavia y radicada en El Bolsón. Ni hablar de la (casi) total ausencia de funcionarios relacionados con la cultura o que ocupan un cargo en el municipio. Es cierto, no le podemos pedir a ellos que se apasionen por las artes, pero si cobran un sueldo en Cultura -al menos- deberían aparentar que les interesa. Eso sí, destaco como siempre el trabajo de la Sala Emilio Saraco en la organización, montaje y atención al público.

Dicho esto que me incomodaba, invito que las personas que no pudieron acercarse a la inauguración para que disfruten de una de las muestras más interesantes exhibidas en Neuquén.

La pintora en una entrevista exclusiva para la revista Machete.

Esa pintora solitaria de la montaña

Es reconfortante para el espíritu entrar a una sala de exposiciones y encontrarse por fin con obras que no sólo reflejan talento sino una capacidad asombrosa de trabajo. “Realidades visionarias” es un tributo al mundo de los mitos y los ritos. La obra está «cargada de religiosidad (…) Su motivación está en el ensayo de comprenderse a sí misma…» expresa la artista.

Su abuelo le regaló una caja de colores y así empezó de niña a pintar y «encontré una forma de comunicación ya que era muy tímida y me costaba mucho relacionarme».

Y esa relación se ha dado con plenitud, ya que sus pinturas cautivan y atrapan a un espectador que había perdido la esperanza de reencontrarse con obras que actúen como un espejo, reflejando su origen, sus sueños y fantasía.

En una entrevista para la revista Machete, habló de sus motivaciones, de su realidad como artista y dificultades en el desafío de ser una pintora profesional.

-¿Cómo enfrenta el desafío de crear?

-El bastidor en blanco es el portal de entrada… con un taller portátil me traslado a un paisaje; a un bosque. Lo que me lleva cinco o seis días. Ahí realizo un trabajo de observación muy implacable, convivo con ese lugar y hago muchos estudios, bocetos. Medito, busco el vacío dentro mío. Eso me permite reencarnar la visión que me revela ciertas imágenes. Mi pintura es una encarnación, le da cuerpo y vida a la visión que la inspira. La visión es interior, pero se alimenta del contacto permanente con la realidad y se forja con la observación paciente, incansable, empedernida de las formas de la naturaleza.

-¿Se considera una persona religiosa o espiritual?

-Todos somos espíritu y cuerpo. Estamos transitando esta vida en este envase físico; en este vehículo que es el cuerpo.

-Su obra destaca por el detalle…

-Trato de trabajar en lo minucioso como lo hace la creación misma. Toda la naturaleza es muy detallista, no hay nada hecho al azar. Yo creo que el arte está en la naturaleza. Desde el mínimo vegetal que yo pueda ver hasta toda la galaxia; hasta el último átomo y célula están conformados y diseñados con detalles perfectos. Eso me atrae mucho…

-¿Qué significa para usted pintar, qué le genera?

-Al pincel lo comparo con un machete y a la psique la comparo con una jungla. Entonces para mi pintar un cuadro es como abrir una brecha en esa jungla. Despejando hacia algo más luminoso… A veces cuando termino un cuadro el resultado es como algo que sobraba dentro de esa psique y me da paz…

-¿El concepto de fracaso o éxito se lo plantea como artista?

-Tengo muchas obras no relevantes, obras que quedan inconclusas y que nunca mostré. La sensación de éxito o fracaso es un asunto del pasado y yo trato de estar anclada en el presente.

-¿Qué influencias reconoce?

-Reconozco mis referentes, mis musas, mis inspiradores que son los surrealistas y el realismo mágico que intenta por dar a conocer mucho más de lo conocido.

-Usted es una artista contemporánea, patagónica y de una comarca como lo es El Bolsón ¿qué necesita para dar a conocer su obra?

-Es algo difícil dar a conocer la obra. Esta colección que muestro en Neuquén son 24 pinturas y 10 años de trabajo realizadas en soledad que no tiene nada que ver con el gran circuito remanido de arte… me cuesta esa parte, necesito «un otro», necesito un representante, alguien que me ayude en ese aspecto. Yo pensaba que me podía desdoblegar, ser mi propia representante pero no me funciona. Yo prefiero seguir siendo esa pintora solitaria de la montaña.

Entrevista de Rubén Reveco – Editor revista Machete