“La inmensidad”

La obra teatral “La inmensidad”, de Gustavo Lioy y Julieta Tabbush, propone la mezcla de lenguajes entre el cineamano, el transformismo y la música. Se estrena este jueves a las 21.30 en El Arrimadero Teatro.

En el escenario hay una pantalla, 20 canciones y sólo un actor, que transcurre, aparece, desaparece y muta. Sobre las tablas, teatro, imagen y arte se funden en uno para armar un lenguaje propio que atraviesa y acribilla al público. “La inmensidad”, el unipersonal perfomático de Gustavo Lioy, es un show íntimo, sensible y con humor, que reúne a un actor transformista y un espectáculo multimedia. Con la dramaturgia y la dirección de Julieta Tabbush, la actuación de Gustavo Lioy, el vestuario de Silvana Feliziani y los audiovisuales de Valeria Fernández, se estrenará el jueves a las 21.30 en El Arrimadero Teatro (Misiones 234).

Este proyecto nació hace varios meses de los deseos de un actor: “Hacía mucho tiempo que tenía ganas de hacer un unipersonal, de estar solo en el escenario y nunca lo hice, es la primera vez. Me pareció un desafío interesante. Yo hace 20 años que hago transformismo, hice “Las estúpidas de siempre”, acá en Neuquén, y en Buenos Aires. Trabajé muchos años en el género desde el lado del humor y quería hacer un montón de personajes, pero transitar otros géneros que no sean necesariamente el humor. Si bien es cómico, hay momentos muy sensibles e intensos, donde está puesta la actuación en un primer plano”, dice Gustavo Lioy mientras rastrea los orígenes de la obra.

«La inmensidad» está compuesta por 20 números con 20 canciones. En la hora que dura el espectáculo, el actor interpreta a diversos personajes, acompañado por videos que recrean el cine a mano de Julieta Tabbush, en los que cada una de las partes que componen el espectáculo asume un rol protagónico.

“Quería interactuar con una pantalla. Lo primero que pensé fue en Julieta (Tabbush), que la conozco de cine a mano, que es experta en ese género. La convoqué a Juli a fines del año pasado y charlamos acerca de cómo mezclar esas dos técnicas, la del cineamano con la de la transformación, y buscarle la vuelta para armar esto. Hicimos una preselección de los temas, algunos quedaron en el camino y empezamos a volar e imaginar. Ella trajo un montón de ideas que se complementaban perfectamente con las que yo tenía. Mi intención era que cada canción tuviera una estética particular, un sentido determinado y fue maravilloso lo que propuso y a lo que llegamos. Ojalá que al público le guste”.

Arte a mano

Julieta es una artista dedicada a la animación casera y en tiempo real, “el cineamano”, una técnica que utiliza un retroproyector de luz y una pantalla donde se proyectan las imágenes que se realizan en vivo y a la vista del público.

“Fue una aventura hermosa. La convocatoria de Gustavo me interesó porque conocía su trayectoria, su trabajo y lo respeto mucho como compañero, director y actor. Fue un desafío súper interesante hacer este cruce, yo vengo del teatro de títeres, del teatro de sombras, y me propone este repertorio. Las versiones me parecieron de mucha investigación, hay versiones que son desconocidas. En diciembre comenzamos con la lluvia de ideas y nos encontramos, en principio, como seres humanos, nuevos amigos, artistas, en una horizontalidad total, de la que estoy totalmente agradecida”.

Visto desde afuera los soportes en que se sustenta la obra podrían llegar a ser incompatibles, sin embargo, el grupo supo encontrar la clave: “Encontramos la llave para poder hacer esos nudos. Me gustó mucho buscar universos posibles para todos los personajes y los números que son diversísimos, variados, y pasan por todos los idiomas y todos los estados”, comentó Julieta.

Provocar el encuentro

Mucha gente participó del proyecto, hay videoclips filmados con personajes en exteriores, donde participaron actrices y actores provenientes de diferentes salas neuquinas, o de ninguna, gente que colaboró con coreografías de objetos.

Julieta afirma que la obra “fue una provocación para encontrarnos, desde Gustavo y yo, que nos encontramos desde una verdad, desde un qué decir compartido, una necesidad de construir un discurso juntos, mezclando nuestros lenguajes y nuestros entornos, amigos míos, de Gustavo, de Valeria, de Silvana, que se sintieron contagiados por el proyecto, que si bien es un unipersonal, tiene una fuerza colectiva que nos iguala y horizontaliza. A mí me genera mucha emoción”.

Valeria Fernández, la “videóloga”, como ella misma se define, también resaltó el trabajo conjunto: “Trabajé un género que nunca me imaginé que iba a abordar desde lo creativo. Empezamos a trabajar el 28 de diciembre que nos juntamos, fue mucho laburo y fue genial”.

Abrir el alma

Pero, como en toda construcción, hubo aportes, aunque también renuncias y desafíos, en los que los involucrados apostaron a dejarse llevar y ganaron mediante el resultado.

“Yo siempre que hice mis espectáculos dirigía y actuaba, y en este caso entregarme a las manos de Julieta, a pesar que la admiro y amo lo que hace, confiar en su mirada fue también un desafío. Fue parte del despojo”, dijo Gustavo Lioy.

A lo que Julieta agregó: “Hubo quiebre de posiciones, yo si algo sostuve en casi 16 años es que es imposible capturar digitalmente el cineamano. Era como mi manifiesto, pero jugamos mucho a que los manifiestos están para reinventarlos. En el momento de la convocatoria no pensé en ese punto y dije ¡Va!».

Para cerrar, los involucrados en el proyecto invitaron al público a ver «La inmensidad». “Van a ver otra cosa, se van a encontrar con otro mundo, pero creo que los va a tocar, hay canciones pensadas para sensibilizar, no son golpes bajos pero sí un mimo al alma”, concluyó Gustavo Lioy.

 

FUENTE: La Mañana de Neuquén

Dejar un comentario

Enviar Comentario

Por favor, completar. *

porno pornos xxx hd Porno xxxnx XXX Italiano porno filme video porno porno hindi jija sali sex videos xnxx xvideos arab real desi xxx wap porn videos