Neuquén con menos estudiantes

Clase-SecundariaAmplio informa del diario Río Negro en su edición de ayer domingo 5 de julio sobre la educación primaria y secundaria en Neuquén. Mientras que por un lado aumenta el presupuesto en educación, por otro lado hay menos chicos en las aulas de toda la provincia. ¿Qué sucede?

La educación pública perdió 7.400 chicos en diez años. Datos oficiales detallan que el Nivel Primario es el que más está sufriendo el proceso de deserción del sistema educativo. Muchos interrogantes aparecen frente a este nuevo escenario.

Por Javier Lojo jlojo@rionegro.com.ar

Rémoras político-sindicales, intransigencia gremial, complicidades, falta de planes de estudios adecuados, maestros mal capacitados y peor pagados renuentes a ser evaluados, e infraestructura precaria, son tan sólo algunos de los factores que mantienen postrada a Neuquén en materia educativa.

Con estos nudos, sin dudas, es difícil construir un paradigma exitoso. El sistema educativo está desarticulado, no está racionalmente integrado; ergo, no cumple con sus funciones por las que fue creado. ¿Quiénes pagan las consecuencias? Los estudiantes.

Como contrapartida, los datos oficiales señalan que año tras año el gobierno provincial destina miles de millones de pesos a un sistema que no reacciona. Peor aún, involuciona en muchos aspectos. Se pueden dar innumerables ejemplos con cifras que avalan estos conceptos. Sin ir muy lejos, días atrás en estas mismas páginas mostrábamos una profunda radiografía que develaba la baja calidad que presenta el sistema educativo público neuquino (datos del anuario estadístico ME-2013 ), con indicadores muy por debajo de los que ostenta Río Negro y la media del país.

Pero detrás de las frías estadísticas existe una sociedad, personas que apuestan a la educación como uno de los factores generadores de bienestar, desarrollo e igualdad. Lamentablemente, poco de estas expectativas se viabilizan en las tierras de Vaca Muerta. Hoy ni tan siquiera la escuela cumple con el mínimo de sus requisitos: la contención.

En los últimos diez años el sistema educativo público neuquino perdió cerca de 7.400 chicos. El número es escalofriante. En el 2013 (último dato consignado como oficial) la matrícula estatal de la provincia para lo que se denomina la Educación Común (Inicial, Primaria, Medio y Superior no Universitario) se ubicaba en 131.739 alumnos. En el 2004 la misma consignaba 139.137 chicos. Teniendo en cuenta las tendencias que muestran el sistema y la información extraoficial existente, no hay que esperar muchos cambios sobre el año 2014 y lo que queda del 2015.

La estadística la consignan los informes de la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (Diniece), dependiente de la Subsecretaría de Planeamiento Educativo, una de las unidades del Ministerio de Educación la Nación. Cabe señalar que esta Dirección se nutre de la información que brindan las provincias y es responsable de:

• el desarrollo y la sustentabilidad del Sistema Federal de Información Educativa;

• las acciones de evaluación del sistema nacional;

• y el diseño y desarrollo de investigaciones vinculadas con la formulación de las políticas educativas.

Cuando se analiza la evolución que muestran los números en Neuquén, se observa que fue en el 2005 que la matrícula en Educación Común llegó a su máximo histórico, con 139.353 alumnos declarados.

A partir de allí comenzó un profundo y vertiginoso descenso hasta llegar a los mínimos del 2012, año en que se computaron 131.229 chicos en las clases (ver infograma adjunto). En este lapso, período 2005-2012, la brecha mencionada se amplió llegando a expulsar el sistema a algo más de 8.100 alumnos.

Cuesta entender este complejo escenario. Más aún cuando se observa que el gobierno provincial ha puesto a disposición del sistema muchísimo dinero. Solo cabe mencionar que en la última década multiplicó por diez los recursos orientados a Educación.

Se podría decir que a partir del 2007, con la intervención del Indec y la aparición de la inflación en el modelo económico nacional, ese dinero se depreció y por ello no se pudieron cumplir los objetivos planteados. Pero esta argumentación no es veraz ya que, neteado por el IPC de Neuquén y tomado en valores reales, el sistema educativo provincial mantuvo creciente sus ingresos presupuestarios desde el 2007 a la fecha (ver infograma adjunto).

Tampoco se termina de comprender cómo, con una menor matrícula en los colegios, existen cada vez más docentes para dar clases en los establecimientos. Los datos, suministrados, esta vez por el Ministerio de Hacienda de Neuquén, señalan en este sentido que durante el período 2005-2012, el más crítico al hablar de la joven historia de la Educación en la provincia, los cargos en el sistema crecieron sensiblemente al pasar de más de 17.800 a 20.200 respectivamente.

El estancamiento educativo que sufre Neuquén tiene una raíz multifactorial. Es muy difícil encontrar una solución a este laberinto tomando como eje sólo uno de los temas. Sin embargo la gestión del sistema es, sin dudas, uno de los puntos que deberá corregir el próximo gobierno si desea lograr que los miles de millones de pesos invertidos en el sistema terminen rindiendo algún fruto en el mediano plazo.

neuquengastos

Los más afectados

¿A qué se puede deber esta sensible caída en la matrícula? La respuesta aquí también es múltiple y compleja de responder. Podríamos inferir cuatro escenarios, entre otros tantos posibles:

• Algunos chicos dejan las aulas para trabajar y así engrosar los magros ingresos familiares que pueden lograr sus padres.

• A otros, sin control paterno o con grupos familiares destruidos, se los observa deambulando por las calles neuquinas en busca de algún tipo de satisfacción, por lo general impropia de su edad.

• También existe el hecho de que en los últimos años, si bien fue mucha la migración que recibió Neuquén por el furor que genera el oro negro, existió un sensible cambio en su composición etaria, no primando el ingreso de chicos y jóvenes escolarizados en toda esa marea de personas en busca de una mejor calidad de vida.

• Por último podemos señalar el trasvaso de estudiantes del sector público al privado. Aquí sí existe estadística para cuantificar este fenómeno. Según los datos de Diniece, la Educación Común privada contenía en el 2004 algo más de 17.170 alumnos. Diez años después esa cifra saltó a los 23.070 jóvenes, mostrando un crecimiento en el período de 5.900 alumnos.

Desde la administración provincial, muy pocos son los funcionarios que arriesgan algún tipo de respuesta frente a estas crudas estadíticas. Los más nobles de espíritu terminan incriminando al propio Estado por la falta de controles y contención de los chicos que hoy no concurren a los colegios públicos (ver recuadro). La existencia de un solo joven fuera de las aulas debería ser un problema para cualquier gobierno.

Desglosando la estadística de la Diniece, se observa claramente que el Nivel Primario, que es el que contiene los chicos que van de los seis a los doce años, es el que más está sufriendo el proceso de deserción en el sistema.

En los últimos diez años la matrícula estatal de este nivel pasó de los 76.380 alumnos declarados en el 2004 a los 67.345 chicos en el 2013. Más de 9.000 chicos dejaron las aulas en este período.

Lo paradójico es que la ley de Educación nacional establece la obligatoriedad escolar en todo el país desde la edad de cinco años hasta la finalización del nivel de la educación secundaria, promoviendo una calidad equivalente y en todas las situaciones sociales. Asimismo establece la obligación de universalizar los servicios educativos para los niños y las niñas de cuatro años, la jornada extendida o completa en las escuelas primarias, la enseñanza de al menos un segundo idioma como obligatorio en todas las escuelas primarias y secundarias del país y el dominio de las tecnologías de comunicación e información como contenidos curriculares obligatorios. Neuquén, como seguramente otras provincias, muestra en definitiva cuán lejos está el relato de lo que verdaderamente sucede tras las puertas de las aulas.

En el inconsciente colectivo de la sociedad está casi incorporado que los principales problemas que presenta hoy el sistema se concentran exclusivamente en el Nivel Medio, con los jóvenes adolescentes. El dato de contención da cuenta de que no siempre es así. Muchos de los cuellos de botella en Neuquén se los encuentra en el Primario. Mientras este último mostró una insólita caída, el Nivel Medio registró en el período 2004-2013 un aumento de su matrícula de 566 alumnos.

Estas últimas semanas aparecieron varios informes periodísticos sobre los chicos que se encuentran en las calles de la tierra de Vaca Muerta, donde miles de millones de dólares presuntamente ingresan todos los años de la mano de la industria hidrocarburífera para mejorar las condiciones sociales y económicas de la región. Lejos de las expectativas promocionadas por los políticos nacionales y provinciales, la cruda realidad continúa golpeando a Neuquén.

Tal vez lo más preocupante que uno observa frente a estas vergonzosas estadísticas educativas es la falta de conciencia de las autoridades políticas para dar una seria respuesta a aquellos que más lo necesitan. Pero este déficit no es potestad del actual gobierno. Ningún candidato a gobernador tuvo la decencia de incursionar seriamente en el tema educativo en estos últimos meses, ofreciendo alternativas o posibles programas para recuperar a estos miles de chicos de las calles. Un dato que define en qué parte de la agenda política está hoy la Educación.

Con niveles de ingresos récords en las arcas neuquinas y un modelo económico nacional que mostró un crecimiento promedio en torno al 7% anual durante el período 2004-2013, es indigno observar que los chicos fueron los más vulnerables frente a esta notable ostentación de dinero.

Esta nueva radiografía del sector no debe tomarse como una ofensiva sobre la escuela pública ni como una conspiración contra el gobierno de turno. Sería un razonamiento pobre de pensamiento y espíritu. Las estadísticas muestran solamente una parte de la ineludible realidad del sistema.

La Convención sobre los Derechos del Niño constituyó sin lugar a dudas un importante avance en el reconocimiento de los derechos universales de la niñez. Sin embargo, a dos décadas de su aprobación, es necesario seguir interrogándonos sobre su efectivo cumplimiento.

El acceso a una educación de calidad, en condición de igualdad de oportunidades, es un derecho fundamental declarado por la Convención sobre los Derechos del Niño (ONU, 1989) en su artículo 28. La deuda social con los niños y las niñas se mantiene vigente, también en el campo de la educación.

FUENTE : Diario Río Negro

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