Con «No», el chileno Pablo Larraín buscará arrebatarle el Oscar a mejor película extranjera a Michael Haneke.
Desde su estreno en el Festival de Cannes, la película «No» no hizo más que darle alegrías al director Pablo Larraín, que no puede ocultar el orgullo que lo invade por haberse convertido en el mentor de la primera producción chilena que aspira al Oscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa.
Basada en la obra de teatro «El plebiscito», de Antonio Skármeta, “No” tiene al mexicano Gael García Bernal al frente de un reparto en el que no faltan sus incondicionales Alfredo Castro (su antiguo profesor) y Antonia Zegers (su esposa).
La más alegre de la cuatro cintas del realizador relata cómo se gestó la campaña de publicidad que acabó expulsando al dictador Augusto Pinochet (1973-1990) en un referéndum celebrado en 1988. «Todo el mundo sabe cómo llegó Pinochet al poder, pero nadie sabe cómo salió», explicó el director en su paso por Madrid, donde se acaba de estrenar comercialmente la cinta.
La película está narrada a partir de la mirada de García Bernal, el publicista a cargo de la campaña. «La publicidad puede ser muy corrosiva y éste es uno de los pocos casos en que la publicidad le hizo un buen favor a la democracia. Al fin y al cabo, la publicidad existe para conseguir beneficios, pero en política el peligro es que se está jugando con el destino de la sociedad. En una campaña, hoy lo más importante es la imagen y cómo se dicen las cosas, pero nunca las ideas», explicó el realizador.
El filme cierra una involuntaria trilogía sobre la dictadura tras «Tony Manero» y «Post Mortem». Larraín detalló que «las películas que he hecho están rodadas a partir de personas que son víctimas de los procesos políticos y cuentan cómo estas personas se relacionan con las dictaduras». Y agregó: «La primera era un asesino en serie y la segunda un tipo que trabaja en la morgue donde hacen la autopsia a Allende. Esta es una historia de un triunfo complejo, es la historia de cómo una sociedad se organiza para echar a una dictadura».
Dura competencia
El cine de Larraín es ambiguo y busca provocar. Y esa opción parece haber sido de buen gusto para los miembros de la Academia de Hollywood, pero también para los diversos jurados de los festivales por los que ha pasado: se hizo con el máximo premio del Festival de La Habana, el premio Coral, ganó en Nueva York y Toronto.
No obstante, no será una terna fácil, ya que compite con la candiense «War Witch», la danesa «Un asunto real», la noruega «Kon-Tiki» y sobre todo la austríaca «Amour», que parte como favorita. Este drama que ha dirigido Michael Haneke opta en total a cinco estatuillas, entre ellas la de mejor película y mejor director.
Respecto de la película, Gael García Bernal aseguró: «‘No’ es una cinta a la que le he puesto pasión y creo que es brillante. Raramente digo cosas así sobre las películas que he hecho, pero en este caso creo que es una película tan grande, me gustó tanto hacerla. Se dice que el Óscar seguramente premiará a ‘Amor’, de Michael Haneke, pero supongo que siempre hay sorpresas, por lo que espero que haya una sorpresa, sería genial», aseguró el actor.
Haneke estuvo a punto de recoger el cotizado galardón en 2010 con «Das weisse Band», pero entonces el argentino Juan José Campanella dio la sorpresa al alzarse con el Oscar por «El secreto de sus ojos”. Habrá que esperar a la noche del 24 para ver si la historia se repite y otro latino se queda con el premio.
