Sólo están funcionando cuatro muestras de fotos. En los últimos días de su mandato, Teresa Parodi renovó 500 contratos, que serán revisados uno por uno.
No está cerrado –como circuló el lunes– el Centro Cultural Kirchner, pero tampoco a toda máquina. Ese palacio cultural de 100.000 metros cuadrados tendrá, por ahora, apenas cuatro muestras de fotos. Y nada más. O casi: también se puede visitar las muestras permanentes, es decir, por un lado la sala que recrea un despacho de Eva Perón y por otro el inefable espacio de la Experiencia Néstor Kirchner, una sala presidida por un mural con vistas de la Patagonia donde hay espejos para que los visitantes se sumerjan en los paisajes del ex presidente.
Desde el Centro Kirchner dicen que se trata de la transición. Que acaba de cerrar la temporada que programó la gestión anterior y todavía no hay definiciones para la que viene. Y que eso es todo.
El CCK dependía, hasta ahora, del Ministerio de Cultura y del de Planificación. Y sus empleados – unas 500 personas– no formaban parte de la planta permanente del Estado sino que estaban contratados. Días antes de irse, como pasó en otras áreas, la ex ministra de Cultura Teresa Parodi prorrogó todos esos contratos por un año. Ayer el personal estaba movilizado ante el rumor de que no se los darían por válidos.
En este nuevo gobierno, el CCK pasó al área de Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos. El, con la colaboración de Gabriela Ricardes –que viene dirigiendo el Centro Cultural San Martín– decidirán el destino del CCK. Se decía que Lombardi pondrá sus oficinas en ese edificio y que nombrará un director: Gustavo Mozzi, ahora a cargo de La Usina del Arte.
Sobre los 500 contratos desde el gobierno ayer no se hacían comentarios. Informalmente se hablaba de revisar los distintos casos.
FUENTE: Revista Ñ
