Laura Garduño (México), Danielle Spadotto (Brasil), Laura Ige (Argentina) y María Eugenia Cordero, una de las coordinadoras del proyecto.
CORDERO (ACE).- Los artistas convocados por el tercer desafío Barda del Desierto comenzaron a a arribar a la escuela 135, convertida en centro de arte, residencia artística y espacio de interacción con los vecinos y la comunidad durante todo este mes.
«Es el desierto más verde que he visto en mi vida», dijo maravillada la Danielle Spadotto, quien llegó desde Sao Pablo hace unos cuatro días para plantear su fotoperformance que pretenderá desarrollar durante su estadía, además de plantear el guión para un filme o escenas de una película.
Desde la ciudad bonaerense de San Martín, la artista plástica Laura Ige llegó cargada de sus cámaras y grabadores de audio para hacer una instalación con proyección sonora, en la que buscará hurgar y reflejar la identidad de los habitantes de este pueblo.
Ige ha estado «de paso» por Cipolletti y alguna vez en Neuquén, pero el viaje a esta zona del Alto Valle le devolvió una imagen de contrastes y de ciudad-pueblo que buscará dar forma en su trabajo.
Laura Elena Garduño, artista visual oriunda del Distrito Federal dijo que se sorprendió con verdes que no conocía «ni en los distintos lugares de México» que ha recorrido y al igual que sus compañeras, quedó impactada sobre cómo la irrigación del canal principal divide –en pocos metros– a las terrazas desérticas del el oasis de las chacras.
De entre más de 190 proyectos artísticos presentados, ocho planteos fueron seleccionados para llevar a cabo el catálogo de este año de Barda del Desierto, una residencia artística que por tercera vez se llevará a cabo en Cordero para generar al cabo de la estadía de sus protagonistas una producción de arte con las miradas del mundo en las terrazas patagónicas que en Neuquén llamamos «bardas».
En Cordero, a 17 kilómetros aguas abajo del dique Ballester; el canal principal de riego, enrostra a residentes y visitantes el feroz contraste de un territorio árido, escarpado y en el que abundan en cientos de tonalidades del marrón, con las chacras y el verde logrado a partir de la irrigación producida por el hombre hace 100 años, sus canales secundarios y terciarios que nacen del principal.
Pero no todo son los terrones de la barda y la transformación del agua como a un oasis; sino la interacción de la comunidad que habita este suelo con los visitantes y su sensibilidad como profesionales de las artes plásticas y visuales.
Participan de la actual edición Daniel Medina, de Caracas Venezuela; Danielle Spadotto y Marcel Diogo, de Brasil; Gonzalo Cueto, Fernanda Barros y Florencia Infante, de Chile; Laura Elena Garduño, de México; Laura Ige (Buenos Aires), y Virginia Nahuelanca Costanzo, de Chubut; y Santiago Rueda (Colombia) como curador invitado.
FUENTE: Diario Río Negro
